Arreglar y recomponer alguna joya es viable

Indudablemente, tus joyas se irán estropeando. Más que nada las que más uses.

O puede que hayas heredado joyas de enorme valor (aunque sea sentimental), y estén en malas condiciones, o entre otras cosas falte un pendiente.

Todos estos inconvenientes tienen satisfacción, aunque algunas veces sea ineludible recurrir a la copia o suplencia.

La plata se oxida y ennegrece con el tiempo. Esto puedes solucionarlo tú misma/o en el hogar muy de forma sencilla. En este texto te explico diferentes procedimientos para limpiar la plata.

El oro pierde su brillo y se “toma” con el tiempo, ósea, va consiguiendo un tono tostado que lo desluce. Esto se solucionará con un enjabonado de la parte en una máquina de ultrasonido que le van a poder ofrecer en tu joyería o taller de seguridad.

Igualmente, las piezas bañadas en rodio terminan perdiendo esa fina cubierta con los años. Un nuevo baño de rodio las va a dejar como el primer día.

Si has heredado una parte que crees pasada popular, entre otras cosas un anillo tradicional en oro amarillo, puedes renovarla sencillamente con un óptimo pulido y en su caso, con un baño de rodio: la parte se va a transformar en algo totalmente nuevo, manteniendo todo su valor.

Cualquier gema caída es de forma sencilla “en gastable”. Pero jamás se te ocurra llevarlo a cabo tú mismo/a con pegamento. Llévala a un profesional para que la engasten de manera correcta. Eso sí, ten presente que, si a la gema se le hizo una muesca, o se rompió, va a ser ineludible reemplazarla por una exclusiva.

Lo mismo pasa con las perlas. Y, como con las gemas, si se ha estropeado, sólo queda reemplazarla. Las perlas son muy delicadas, y sensibles a algún producto. Una rociada de perfume sobre tus perlas puede llevar a cabo ocultar con el tiempo el lustre del nácar y lograr que las perlas dejen de brillar, poniéndose cada vez más feas. En estas situaciones, sólo te queda reemplazarlas.

Foto de Pandora